- Binibeca vell
- Monte Toro
- Far de Favàritx
Así que sin pensarlo mucho más para que no se hiciera tarde, cogimos la moto y empezamos nuestro camino hacia Binibeca Vell. La sorpresa al llegar fue enorme. Como puede un pueblo tan minúscula, albergar a su vez tanta belleza y tanta paz. La playa de Binibeca, es sin duda una de las más pintorescas de Menorca , con unos 180 metros de longitud y unas aguas muy limpias. Se halla en el término municipal de Sant Lluis, a unos 8 Km. de Mahón.En la urbanización se encuentra el poblado de pescadores de Binibeca Vell, un pintoresco experimento arquitectónico que imita a la perfección las antiguas construcciones menorquinas pero en un tamaño minúsculo. Aquí mismo está la prueba de dicho viaje, y de dicho experimento arquitectónico.
Dentro del patio existe un pozo y un monumento dedicado a los menorquines que emigraron a Florida durante el siglo XVIII guiados por el padre Pere Camps Gener, natural de Es Mercadal, y en el exterior del recinto se encuentran otros monumentos conmemorativos.Actualmente el santuario es gestionado por una comunidad de religiosas franciscanas de la Misericordia y sirve de hospedería y posada para jornadas de reflexión y pregaria de diferentes grupos de Menorca. Este es el pozo y el interior del patio.
La Imagen siguiente es la vista desde el Monte que hay de Arenal d'en Castell. El hotel no se puede apreciar porque se encuntra justa detras de una colina que hay al otro lado de la bahía que da paso a Son Parc.
Y de un paisaje maravilloso a uno insólito: Faváritx. El paisaje de Favàritx representa míticamente el fin del mundo, y con justicia se lo ha definido como uno de los más sobrenaturales de Menorca.Este cabo solitario, azotado por los temporales de tramontana, es uno de los lugares geológicamente más antiguos de la isla. Entre las pizarras se pueden encontrar fósiles de los primeros seres que habitaron el lugar: crustáceos y animalillos marinos de hace unos cuantos miles de años.En este lugar flota una vibración especial que crece en las noches de luna, cuando las losas de pizarra adquieren un fascinante tono plateado en medio de la soledad rocosa. No hay en Menorca otro paisaje como éste, pues su vibración es elevadora y positiva para la inspiración artística. Al final de la carretera que conduce al faro, una gran explanada recibe el agua encharcada de pasados temporales. Dice la tradición que las noches de luna llena, si andamos por estos charcos mágicos, recibiremos los efectos benefactores del satélite y el agua del mar: fuerza, energía y fertilidad. Además de visitar los impresionantes alrededores del faro, cogiendo el camino de Son Camamil.la llegaremos a dos playas de insólita belleza: Cala'n Presili y Cala Tortuga. Dos calas alargadas y abiertas al mar, desde donde el faro se descubre con su característico misterio lunar.
La beleza del lugar nos inspira la beleza fotográfica como podreis apreciar en las siguientes fotos.
Y del Faro a casita, a cenar pero esta vez teníamos reserva en el restaurante "La biosfera" en Na Macaret, un pueblecito a menos de un kilómetro de Addaia, dónde vivimos. Así que después de la ducha, nos vestimos, nos encorbatamos y fuimos al restaurante. Ese restaurante es como la octava maravilla del mundo. Hacen una comida buenísima que, ovbiamente, no es precisamente barata, pero una vez al mes nos lo podemos permitir. La cena consistió en un entrante de bombones de queso de cabra con frutos secos y miel, de segundo filete de ternera al romero con espárragos, acompañado de vinito tinot buenísimo. Ambos platos para compartir. Hay foto de los bombones y del vino, con la carne teníamos demasiada hambre como para pararnos a fotografiarla.
Tiempo para postre... sin palabras:
- Pastel de queso con mermelada de frutas rojas
- Melocotones caramelizados y yogur griego
Un beso
GATET
PD: Espero que me comentéis algo!!
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