Esta mañana, cómo vengo haciendo las últimas semanas me he levantado pronto, me he enfundado el chandal y he salido a córrer despues de una noche de cine. La última sesión Lost in Translation que dicho de paso me ha encantado. Al llegar a casa me he pasado por el quiosco y me he comprado el Periódico de Catalunya y me ha sorprendido soberanamente el siguiente titular:
Un turista arranca la oreja a un moái de la isla de Pascua
EL PERIÓDICOSANTIAGO DE CHILE
Al finlandés Marko Kulju no se le ocurrió un mejor recuerdo de su viaje turístico a la isla chilena de Pascua que la oreja de un moái, una de las características estatuas de piedra monolítica que tallaron entre los siglos XII y XVII los rapa nui, antiguos habitantes polinesios del lugar. Así que puso manos a la obra: se dirigió a Anakena, una playa de arena blanca y aguas de color turquesa en la que se alzan ocho moáis, eligió una de las estatuas y procedió a arrancarle el apéndice auditivo empleando solo las manos.Kulju, de 26 años, logró su propósito, pero fue pillado in fraganti por una mujer, que avisó a la policía. El joven finlandés huyó sin la pieza y, horas después, fue localizado por los agentes. Identificado por la testigo, el turista confesó ser el autor de la acción vandálica. "Dijo que la estatua le pareció majestuosa y por eso quería llevarse un recuerdo a su país", explicó al diario chileno El Mercurio el subprefecto de la Policía de Investigaciones de la isla, Christian González.UN SUVENIR CAROEl suvenir le saldrá caro a Marko Kulju, que ayer compareció ante la justicia chilena acusado de violar la ley de monumentos nacionales, un delito por el que puede ser condenado a una pena de prisión y al pago de una multa de algo más de 12.000 euros.La remota isla de Pascua, ubicada a 3.600 kilómetros al oeste de la costa continental de Chile, fue declarada por la Unesco patrimonio cultural de la humanidad en 1995. Los moáis son los únicos vestigios de la ancestral cultura de la etnia rapa nui. En la actualidad hay poco más de 600 moáis terminados distribuidos por toda la isla y otros 397 en diferentes fases de acabado en la zona del volcán Rano Raraku, con cuya toba se elaboraron la estatuas. De su preservación se encarga la Corporación Nacional Forestal (Conaf), el jefe provincial de la cual, Ricardo Crisóstomo, aseguró que el daño causado por la acción del turista finlandés al monumento es "irreparable".

No podéis imaginar como me he quedado al llegar de mi sesión de footing i leer esta noticia... me he quedado aquí tal qual estoy en el sofá y creia necesario que la conociérais. ¿Hasta dónde puede llegar la ambición humana? ¿Ese deseo innato de privatizarlo todo y de querer poseer aquello que nos parece bonito? ¿Por qué queremos poseer y no pensamos más en disfrutar?
En fin... os dejo con mis pensamientos obsoletos :)
Próxima entrega: Aventuras madrileñas El desenlace
Besazos
Gatet